En una sociedad dividida por el color de la sangre, los Rojos luchan por sobrevivir bajo la sombra de los Plateados, «superhumanos» con poderes terribles que les permiten manejar el mundo a su antojo. Pero cuando se revela que Mare Barrow —una joven ladronzuela Roja— tiene también esas habilidades, es llevada al mundo de los Plateados. Allí descubrirá que el poder es un juego peligroso y que la única certeza es la traición.
Muy bien. Acabo de terminar este libro. Literalmente, hace a penas unas horas. Y no sé qué decir. Bueno, en realidad sí. Este libro me ha hecho salir de mi bloqueo lector.
No lo conocí hasta que salió publicado en España y causó un gran revuelo. Por todas partes veía cositas a lo "booktrailer La reina roja", "reseña de La reina roja", "por fin he recibido La reina roja" y claro, yo ni sabía de su existencia. Cuando leí la sinopsis me atrapó. Sentía esa enorme necesidad de leerlo pero ya, y he tardado como un mes y medio en hacerlo porque, como ya dije, estaba con un bloqueo de esos que no te dejan vivir.
Veamos, nos encontramos en una sociedad donde lo único que importa es el color de tu sangre. Si eres Rojo estás destinado a vivir como buenamente puedas: algunos afortunados tienen trabajo, otros son aprendices, pero si no tienes futuro te toca luchar en el frente en una guerra sin sentido. Por otro lado, si eres Plateado, tu vida es lujo y encima tienes un don, poder, habilidad especial o como lo quieras llamar. Así que sí, básicamente los Plateados pisotean a los Rojos, y éstos se dedican a vivir en las sombras, intentado sobrevivir otro día.
Todo cambia cuando Mare Barrow, una vulgar ladronzuela Roja, es llevada a palacio y ahí se descubre que, pese al color de su sangre, ella también tiene habilidades.
A partir de entonces su vida se convierte en una pantomima: siempre vigilada, siempre a prueba. Mare tendrá que convertirse en un personaje con el objetivo no solo de sobrevivir, porque el más mínimo error significaría su muerte, sino también el de ayudar a una causa mayor que podría cambiar el mundo.
Oh sí, hay rebeldes de por medio. La Guardia Escarlata.
Bien, está claro que la ambientación, el mundo creado y demás me requetechifla, así que voy a hablar un poco -solo un poco- de los personajes.
Mare no es para nada una heroína. Y eso me gusta. Ella no es más que una pobre chica que tiene que robar para que su familia salga adelante. Tiene inseguridades y miles de defectos, y cuando todo se torna y le toca ser valiente, lo es, pero no como una heroína, sino como una niña que tiene miedo y que no duda en usar a quien sea con tal de sobrevivir. Es imposible no conectar con ella.
Luego, no puede haber una sociedad opresora si no hay alguien malo de por medio. No quiero decir gran cosa, pero Elara, la reina, ha hecho un gran trabajo. Algún día haré un TTT de personajes odiados y oh, ella estará ahí, sin duda.
Y por supuesto están los príncipes azules, Cal y Maven, que confunden tanto a Mare como a mí. Había partes en las que yo no sabía a quién elegir, hasta que, claro, uno eligió por todas y tanto mi devoción incondicional como el triángulo amoroso quedaron reducidos a polvo.
Aunque el principio de la novela se me hizo algo lento, una vez nos encontramos en palacio todo sigue un buen ritmo. El final llegó antes de que lo que me habría gustado y ha dejado al siguiente libro con el listón muy alto porque mil cosas pasaron en los últimos capítulos y yo no hice más que quedarme con esta cara:
Demasiado.
En serio, odio esto porque ahora se ha convertido en una de esas sagas que necesito terminar y tendré que esperar media vida hasta que salga el próximo. Iré a Narnia y aprenderé el Patronus antes de que salga el siguiente y oh, mi corazón.
Bueeeeeno, venga, va. Esto es definitivamente todo por hoy. En serio, si no lo has leído, v a la librería que tengas más cerca y léelo ya. Luego me cuentas en los comentarios qué te ha parecido porque necesito hablar con alguien acerca de ESE FINAL.
¡Besos! ♥
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