Marianne Daventry haría cualquier cosa para escapar del aburrimiento de Bath y las atenciones amorosas de un cretino que no le interesa en absoluto. Así que cuando le llega una invitación de su hermana gemela, Cecily, para que se una a ella en una maravillosa casa de campo, aprovecha la oportunidad. Por fin podrá relajarse y disfrutar del campo, que tanto le gusta, mientras su hermana se las arregla para librarse de las atenciones del guapo heredero de Edenbrooke. Sin embargo, Marianne acabará por descubrir que incluso los mejores planes pueden salir mal: primero será un aterrador encuentro con un salteador de caminos, después un coqueteo aparentemente inofensivo... el caso es que, al final, Marianne se verá envuelta en una inesperada aventura llena de intriga y de amor, tan apasionante que no podrá dar descanso a su mente. ¿Será capaz de controlar su corazón traidor o caerá rendida ante un misterioso desconocido? Está claro, el destino quiere para Marianne algo distinto a lo que ella había planeado al ir a Edenbrooke.
Pero vamos a ver. Hacía demasiado tiempo que no se subía una reseña a este blog, y ya está bien. A ver qué va a ser esto.
Hoy vengo con esta reseña de Edenbrooke. Lo leí hace...un año o así y la verdad es que no sé porqué no la he subido antes.
Es un libro que compré, a parte de por la portada, porque le consideraba lo que a mi me gusta llamar "libro transición": término utilizado cuando necesitas una lectura sencilla, sin más, después de leer un libro que te ha roto el corazón en pedacitos.
Pues lo leí por eso y me sorprendió que, tras leerlo, dejé de considerarlo así. Ha sido una lectura que, aunque haya sido sencilla, no me ha dejado para nada indiferente. Me gustó mucho más de lo que esperé y me enamoró, no voy a negarlo.
El libro trata de Marianne, una muchachita que vive con su abuela, puesto que su madre murió y su padre está siempre fuera. Para añadir hierro al asunto su hermana gemela, Cecily, vive en Londres, por lo que no es como si se vieran cada fin de semana.
Así que pueden imaginarse su sorpresa cuando recibe una carta de su hermana, invitándola a pasar las vacaciones en Edenbrooke, la casa -mansión- de campo de una de las mejores amigas de su madre, cuya hija es buena amiga de Cecily.
Esta es una historia que me atrapó desde el mismo instante que comencé a leerlo. Desde la primera página me mantuvo pegada y bien saben los testigos que cuando lo terminé sentí un vacío interior que me dejó desconsolada. No es solo una de las historias de amor más dulces y bonitas que haya leído, sino que sus personajes, además, son entrañables.
Por un lado, Marianne me cayó bastante bien. Me sentí muy identificada con ella y sus ansias de libertad. Con su inconformismo. No es la típica jovencita que desea ser presentada en sociedad y quedar como mujer florero. Además, me encanta esa espontaneidad y no he dejado de reír con cada escena en la que la muchacha abría la boca.
Y luego está Philip. Me enamoré perdidamente de él. No solo porque es un caballero, un prototipo de príncipe azul con el que caí rendida en cuanto apareció en escena, sino que además me mataba a reír, el tío. Cada vez que se encontraba con Marianne la química entre ellos era palpable, y entre esos piques y pullitas yo no pude hacer otra cosa que caer a sus pies.
Ay, mi cielo ♥
Claro, al estar tan absorta en la lectura, y tan impresionada, me sorprendí al darme cuenta de que el final era inminente. Y pues me dio una pena increíble, como ya dije antes. Una lectura que comenzó como un mero capricho superficial acabó por convertirse en una de mis lecturas favoritas, sin duda.
Este es una de esas historias que se han ganado un espacio en mi corazoncito. Una de esas que me han hecho parar por un segundo de leer, simplemente para mirar al infinito y suspirar. Solo me queda decir una cosa:
¡Quien fuera Marianne para estar con Philip!
Era nacesario, ¿vale?
Recomiendo esta lectura a todas aquellas personas que busquen algo sencillo, pero enternecedor, y que no pase inadvertido.
De hecho, creo que voy a releerlo. Sí, me apetece bastante.
Hala, si lo han leído me encantaría que me contasen su opinión. Y con esto y un bizcocho...
¡Besos! ♥
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